Hace ya tres semanas que embotelle mi segunda cerveza, esta era de trigo.
Ya empezó mal la cosa, la densidad era baja. Después de unos días fermentando parecía que no todo iba a ser malo ya que estaba fermentando que era una maravilla. Pero la verdad es que después de abrir la primera botella 2 semanas después de haberla embotellado el resultado fue nefasto. Aquello no había quien se lo bebiese. El sabor era aguado, bastante insípido, sin gas ni espuma. A la tercera semana todo continuaba mas o menos igual y no creo que mejore mucho pero vamos a darle una segunda oportunidad y la dejaremos algo mas en botella. Después del dinero y el tiempo dedicados no la voy a tirar por el desagüe, aunque esa sea mi intención desde la primera vez que la probé.
Pero parece que la cerveza no desagrada a todo el mundo aunque parezca increíble. El pasado fin de semana unos vecinos se enteraron de que había hecho cerveza, que no me había salido muy bien y que estaba a puntito de tirarla. Me visitaron y me pidieron que les dieran algunas para probarlas. Conversación:
- Vas a tirarlas? Nos puedes dar alguna para probarla?
- Como queráis, pero están muy malas, es floja y no tiene casi sabor (bueno sabe a rayos).
- No pasa nada, en casa nos lo bebemos todo.
Les di 2 botellas de 75 cl y 2 de 33cl. Al día siguiente me devolvieron los envases y me dijeron:
- Pues no esta tan mal, esta floja pero no esta mal.
Lo cual denota el poco criterio cervecero de mis vecinos. Espero encontrar paladares mas exigentes.
Entre tanto he preparado una porter también de extracto. Creo que sera la ultima antes del verano. Pronto haré la entrada.
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