lunes, 7 de octubre de 2013

Lúpulo 2013


Este año la cosecha de lúpulo ha sido bastante pobre aunque la “plantación” ha crecido ya que he incorporado nuevas variedades. Ya sobre abril mayo plante esquejes nuevos de East Kent Golding (EKG), Cascade y Nugget de los que finalmente solo sobrevivió el EKG. Los otros esquejes no los planté en buenas condiciones (estaban algo secos) y ya entonces se veía que era bastante probable que no nacieran. Estos esquejes los planté junto al Centennial y Fuggles que tenia del año anterior.

Al cabo de un par de semanas de plantarlos vi que al lado del agujero donde plante uno de los rizomas de cascade estaba creciendo un brote de lúpulo. El brote estaba justo en el borde del agujero donde plante el esqueje y me pareció francamente raro que lo hubiera plantado tan mal. Desterrando con cuidado el esqueje para poder replantarlo ubicándolo mejor me di cuenta que el esqueje que estaba brotando no resulto ser el que plante esta temporada si no el que en invierno me sacaron los jabalíes y que pensé que estos se habían comido. La sorpresa no se acabó aquí, mientras sacaba este esqueje observe que al lado había otro brote. Este en medio de dos hoyos, desubicado de todo sitio y sin razón alguna de ser allí. Parecía que este brote provenía también de un esqueje del mismo lúpulo de cascade. Al desterrarlo vi que la raíz era bastante grande y que por ello debería de corresponder a otro trozo de raíz. El jabalí habíadesterrado el rizoma y lo había partido en dos dejándola desparramada entre la tierra. No sé si comió algo pero si lo comió por lo visto no le gusto porque lo dejo por allí.

 
Después fueron saliendo el resto de rizomas y poco a poco fueron creciendo y echando las primeras flores. El que más creció fue el Centennial con una altura de algo más de 2 metros (nada del otro mundo). Mientras que el Fuggle y los nuevos de Cascade y EKG apenas llegaron al metro (algunos incluso menos de medio metro). Las semanas fueron pasando hasta llegado mediados del mes pasado cuando fui a recoger la “cosecha”. De camino al huerto me encontré con una batida de jabalíes. Hacía mucho que no veía una. Me dirigí a las plantas para recoger la cosecha que como ya he dicho fue bien pobre. Después de recoger las plantas, secarlas y entresacar los lúpulos el resultado fue un puñadito de apenas 15 gramos de Centennial. Una paupérrima cosecha que sirve de bien poco, a lo sumo para enseñarselo a los amigos para los que no saben que es ese ingrediente de la cerveza llamado lúpulo puedan verlo, tocarlo y olerlo. El resto de plantas apenas habían dado nada de flor. Las raíces ahora están enterradas y tapadas con hierba seca esperando al invierno hasta que pasen los meses de frio para volver a rebrotar.
 

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